A los Diputados y Obispos de la Iglesia Episcopal reunidos en la 81ª Convención General:

“Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. – Juan 8:32

En 1862, el entonces Rector de la Iglesia de Cristo en Louisville, Kentucky (1844-1882), quien fue Presidente de la Cámara de Diputados (1862-1877) y conocido esclavizador, el Rvdo. James Craik, publicó un panfleto titulado, “Slavery in the South; or, What is our Present Duty to the Slaves?” (La esclavitud en el sur o ¿cuál es nuestro deber actual hacia los esclavos?)[1]  Nosotros, el Obispo y los Diputados de la Diócesis de Kentucky, traemos este horrible texto a su atención para que podamos conocer la verdad y la verdad nos haga libres.

En su panfleto, Craik, quien era un unionista, argumenta que la esclavitud es, de hecho, una institución perversa.  Entre sus razones, supone una dificultad económica para los esclavizadores, relega a la clase trabajadora a un estado inferior, al tiempo que incita al orgullo y al desprecio por el trabajo entre los hijos de los esclavistas, y la responsabilidad de cuidar de los esclavizados es “una carga penosa de soportar”.  “Pero”, continúa, “no es frecuente que Dios permita que exista un mal durante mucho tiempo y a gran escala, sin que de eso genere algún bien correspondiente”.

Los males, dice Craik, recaen solo sobre la raza blanca, mientras que los esclavizados reciben todos los beneficios porque “una raza de bárbaros, degradada gradualmente por muchos miles de años de ignorancia y brutalidad hasta el nivel más bajo de humanidad, ha sido puesta así en contacto íntimo, y bajo la constante y autoritaria superintendencia y gobierno, de la raza más ilustrada y civilizada del globo.  La humanidad, la religión y el interés concurren para hacer de la raza cultivada y dominante los amigos, protectores e instructores de la raza inferior”.

El asunto no mejora a partir de ahí, y en aras de no provocar a nadie más de lo necesario, les invitaremos a leer todo el texto por su cuenta, solo después de haberse armado de valor con la oración.  En última instancia, el argumento de Craik es que la institución de la esclavitud, aunque es una carga para los blancos y una bendición para los esclavizados, debe continuar para proteger el orden social de Estados Unidos y seguir otorgando a los esclavizados “la bendición de la religión y la cultura moral e intelectual”.

La Catedral de la Iglesia de Cristo y la Diócesis de Kentucky han tomado medidas para repudiar estas horribles palabras de un antiguo presbítero de esta Iglesia.  Invitamos a la 81ª Convención General, reunida en Louisville unos 162 años después de que Craik se sintiera cómodo para imprimir este panfleto, a reconocer el papel que nuestro liderazgo desempeñó en la institución de la esclavitud, a arrepentirnos de los continuos beneficios que nos proporcionó y a renunciar públicamente a los pensamientos, palabras y acciones del 11º Presidente de la Cámara de Diputados, el Rvdo. James Craik.

Atentamente,

Los Diputados y el Obispo de la Diócesis de Kentucky

la Rvda. Barbara Merrick, Presidenta
el Muy Rvdo. Dr. Steve Pankey, el Rvdo. Benjamin Hart, el muy Rvdo. Dr. Lee Shafer
James Moody, Camille Norman, Shelley Carter, Christopher Amiot-Funk
el Rvdmo. Terry Allen White, VIII Obispo de Kentucky

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Diputados Suplentes de la Diócesis de Kentucky
el Rvdo. Clinton Wilson, la Rvda. Becca Kello, Christine Thorowgood

[1] El texto completo está disponible en PDF en https://credo.library.umass.edu/view/pageturn/murb003-i288/#page/1/mode/1up <consultado el 19 de marzo de 2024>.