A los Diputados y Obispos de la Iglesia Episcopal reunidos en la 81ª Convención General:

Creemos que “Del SEÑOR es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que lo habitan” (Salmo 24). 

Los plásticos dañan el medio ambiente, los océanos, los animales y la salud humana. Son devastadores no solo para nuestros ecosistemas y biodiversidad, sino también para nuestros cuerpos humanos: los microplásticos se encuentran en todas partes, incluso en el agua que bebemos. El plástico es particularmente dañino para las personas que viven en la pobreza, y deberíamos seguir reduciendo su producción y acelerando una transición justa que nos aleje de los plásticos nocivos de un solo uso.

Durante décadas hemos instado a la Iglesia a:

• Proteger la Tierra y Oponerse a las Amenazas Medioambientales (1973-B106).
• Afirmar la Responsabilidad Medioambiental y un Equipo de Mayordomía Medioambiental (1991-A195).

• Adoptar Prácticas Ecológicas en las Reuniones de la Iglesia (1994-A044).
• Reafirmar la Resolución sobre una Conducta Respetuosa con el Medio Ambiente (1997-A041);
• Restringir el Uso de Agua Embotellada y Practicar la Conservación(2009-A045).
• Prohibir la Venta de Agua Embotellada en los Actos de la Iglesia (2018-B025).

Ahora la Organización de las Naciones Unidas está negociando un tratado cuyo objetivo es poner un tope a la producción de plástico (un “Acuerdo de París” para el plástico), así como establecer reglamentos que eliminen el plástico tóxico y los plásticos cuyo reciclaje tenga un costo prohibitivo. El equipo de la Comunión Anglicana en la ONU ha preparado una carta para los negociadores nacionales y los Ministros del Medio Ambiente para darles ánimo ante las próximas negociaciones de la ONU sobre la producción de plástico.

Este documento insta a apoyar el Tratado Mundial de las Naciones Unidas sobre el Plástico, y exhorta a las personas, las parroquias y las entidades eclesiásticas a eliminar los plásticos de un solo uso siempre que sea posible. Las acciones concretas podrían incluir, entre otras, las siguientes:   

• Utilizar botellas de agua rellenables en lugar de botellas de plástico de un solo uso.
• Utilizar tazas de café y bolsas de compras reutilizables en lugar de las de un solo uso.
• Sustituir las bolsas de plástico de un solo uso para bocadillos por bolsas de silicona reutilizables y otros recipientes duraderos.
• Elegir productos con menos empaque de plástico y apoyar a las empresas que trabajan para reducir sus residuos plásticos. Nuestras decisiones como consumidores envían una señal clara a las empresas y pueden incentivar cambios mucho mayores.
• Buscar medidas e inspiración en recursos en línea como el movimiento mundial PlasticFreeJuly. org

El cambio a un estilo de vida con menos plástico puede resultar intimidante, ya que el plástico forma parte de muchos aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, al igual que con cualquier hábito favorable a la creación, podemos dar pequeños pasos que nos lleven a cambios mayores. No olvide enfocarse en el progreso y no en la perfección.

Atentamente,

Kirsten Lee, Diputada Laica de la Diócesis de Kansas (en nombre del Grupo de Diputados Ecológicos de la Convención General)

Recomendada por:

Barbie O. Bach, Diócesis de Nueva Jersey y Warren Wong, Diócesis de California

Con el apoyo de: El Grupo de para el Cuidado de la Creación de la Convención General

(BORRADOR Rev. 4/10/2024.2 por EH)

ENLACES

Efectos adversos de los microplásticos y los nanoplásticos en los seres humanos y el medio ambiente

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC10647433/

Negociaciones de la ONU sobre la producción de plásticos

https://www.unep.org/inc-plastic-pollution/session-4

Carta de la Comunión Anglicana

https://drive.google.com/file/d/1vT5nOewbzT3hoReAFUidTj0euRy2Yhkq/view

Julio sin plástico

https://www.plasticfreejuly.org/get-involved/