Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,

Que el Consejo Ejecutivo, en su papel fundamental, debe liderar el desarrollo de un proceso equitativo, transparente e imparcial para evaluar las solicitudes de exención y las evaluaciones diocesanas. Este paso crucial, liderado por el Consejo Ejecutivo, abordará la arbitrariedad percibida en las decisiones y la distribución no equitativa de los fondos y aliviará la naturaleza degradante del proceso. El Consejo Ejecutivo, como impulsor clave de este cambio, contribuirá significativamente a fomentar unas relaciones sanas entre las diócesis, las provincias y la Iglesia en general mediante el establecimiento de dicho proceso; y además

Resuelto, Que el Consejo Ejecutivo también debe desarrollar una estrategia nueva e inédita para asegurar que la Iglesia Episcopal siga existiendo en todo nuestro territorio actual. Esto significa no sentarse y esperar a que las diócesis se combinen con otras diócesis, sean absorbidas por diócesis más grandes o perezcan. Por el contrario, la Convención General y el Consejo Ejecutivo deben utilizar la importante riqueza acumulada de la Iglesia Episcopal para asegurar que las diócesis débiles entre nosotros sobrevivan y prosperen, trayendo una nueva era de esperanza y salud a todo el cuerpo. Esta estrategia encierra la promesa de un futuro mejor para todos.

Resuélvase que nosotros, como Iglesia, reconocemos que muchas diócesis de la Iglesia Episcopal tienen una proporción de sus parroquias en declive, que estas diócesis tendrán increíbles dificultades para pagar la parte que les corresponde y que más de estas diócesis podrían solicitar exenciones en el futuro; y resuélvase además que

Resuélvase, además, que el Consejo Ejecutivo abordará el proceso de exención y evaluación de la cuota justa con un compromiso inquebrantable con un "espíritu santo de abundante generosidad", confianza y amor (Marcos 4:20). (Este enfoque no es sólo una sugerencia, sino un faro de esperanza para fomentar relaciones sanas entre las distintas diócesis, provincias y la Iglesia en general. Este enfoque, que incluye ayudar a las diócesis en dificultades con asesoramiento, entrenamiento y apoyo financiero para la evangelización, la vitalidad de la congregación y la mayordomía, subraya nuestro profundo compromiso con el bienestar de todas las diócesis; y que además

Resuelto, que el dinero y las subvenciones que se están reteniendo a las diócesis que no pueden pagar las cuotas son punitivas y antitéticas para la construcción de la "comunidad amada" e ignoran los dones de toda nuestra gente, especialmente de aquellos que sufren dificultades temporales provocadas por la brutal realidad económica. "Al servirnos unos a otros, cada uno desde las riquezas que posee, trabajamos juntos para la plena venida del reino de Dios" Henri Nouwen, La espiritualidad de la recaudación de fondos